¿Qué es un Wood Plastic Composite?
El WPC (siglas de Wood Plastic Composite, en español, ) es uno de ellos. Si bien su uso es una tendencia mundial creciente y su origen data de los años 1960s, aún hoy es casi desconocido entre los arquitectos y diseñadores de nuestra región. Casi la mitad de los componentes de un producto de WPC es madera reciclada: restos de aserrín y partes que, de no ser recicladas, serían simplemente desperdiciadas. La otra mitad es plástico reciclado, un tema clave si hablamos de cuidar el planeta.
Pensemos por un instante en la gran cantidad de plásticos de un solo uso, por ejemplo: bolsa en la cual nos entregan frutas, verduras o cualquier otra cosa que compramos en un comercio de cercanía. Luego de cumplir la función por la cual llegó a nuestras manos, va al cesto de basura. Después, algunos van a parar a rellenos sanitarios. Otros terminan aguas adentro, donde pueden estar mil años hasta descomponerse. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), cada año se vierten en los océanos alrededor de 13 millones de toneladas de plástico, lo cual equivale a vaciar el contenido de un camión de basura cada minuto.
Afortunadamente, la tendencia mundial indica que empresas y consumidores han tomado nota de este tipo de situaciones y buscan reducir el consumo de plástico. Anularlo definitivamente es hoy imposible. Por eso, su reciclado es la mejor opción.
Beneficios del WPC
Algunos datos que nos permiten apreciar los beneficios del uso de WPC son:
– La fabricación de un deck de WPC implica reciclar 2000 bolsas de plástico que, de no ser así, probablemente hubieran acabado contaminando el planeta.
– Fiberon, uno de los principales fabricantes globales de WPC, reutiliza 45 millones de kilos de plástico reciclado por año. Esto equivale al peso de dos cruceros llenos de turistas. O sea, gracias al reciclaje, los océanos se salvan de recibir esa enorme cantidad de plástico.
– Además, el 98,5 % de los desechos producto de los procesos de manufactura de esta empresa son reutilizados.
Por eso, elegir WPC no solo es bueno para el medio ambiente, sino también para cualquier ambiente. Se trata de un material resistente a diversos contextos climáticos y que, a diferencia de la madera tradicional, no se astilla ni se dobla y su superficie es antideslizante.
Otra ventaja es que está disponible en diversos formatos y colores, adaptables a cualquier entorno y espacio. Estéticamente, es igual a la madera; sin embargo, su peso es mucho menor, lo cual facilita su uso y transporte. Además, no requiere más que un poco de agua y jabón para su mantenimiento.
En definitiva, recomendable tanto para espacios interiores y exteriores, el WPC es una tendencia creciente en un mundo con profesionales, consumidores y empresas cada vez más interesados en hacer su aporte al cuidado del medio ambiente.
Fuente: arquimaster.com.ar